RELATO ASCENSO CERRO NEGRO DEL INCA
El año pasado, por un acertado pronóstico de mal tiempo, decidimos cambiar nuestro destino de ascenso al Cerro Negro del Inca (4611 msnm) por un cerro más bajo pero con muy pocos ascensos, el Cerro de los Tambillos (4370 msnm). Allá fuimos con el grupo pero la cumbre se nos negó ya que el terreno se hizo muy complicado.
A principio de este año nos planteamos con Gabriel Barral, guía y amigo, intentar aquel cerro al cual no pudimos ir por mal clima en octubre del 2015. Esta vez éramos 5 clientes y 2 guías. El grupo estaba formado por: Gloria, Sebastián, Martin, Gerardo, Patricio, Gabriel Barral y yo (Gustavo Rodríguez).
El fin de semana elegido fue el de semana santa para contar con un día más y viajar más tranquilos. Llegar a Mendoza no fue un problema, fuimos en 2 autos y yendo tranquilos el viaje se hizo muy ameno. El tema fue pasar de la aduana Horcones hasta Las Cuevas (lugar donde pasábamos la primer noche en un refugio a 3200 msnm, para aclimatar un poco y descansar bien), ya que la gendarmería estaba cortando la ruta porque la aduana chilena estaba saturada de turistas que cruzaban a ver el partido de la selección Argentina. Después de varias idas y vueltas y algunos momentos de tensión con la gente que estaba esperando la ruta se liberó y pudimos pasar para llegar a la encantadora Villa Las Cuevas, un hermoso lugar que la gente de la zona está rescatando para darle el valor y la importancia que se merece.
El grupo se juntó en el refugio el jueves por la tarde y muy motivados armamos el equipo, cenamos y entre charlas e historias de montaña se hizo la hora de descansar (por suerte). El viernes temprano “el Teje” (Carlos Tejerina refugiero y experiementado guía mendocino) nos agasajó con un abundante desayuno, el cual saboreamos con los últimos preparativos.
Después de la foto de rigor en la puerta del refugio, bajamos en los vehículos unos 5 kilómetros hasta la Casucha del Rey a orillas del río Cuevas (Entre 1765 y 1770, época en que Mendoza formaba parte de la Capitanía General de Chile), el gobierno español ordenó construir, alrededor de ocho posadas o bóvedas para dar refugio a los correos y viajeros que cruzaban la cordillera, aún en invierno) donde dejamos los autos y comenzamos a caminar. La aproximación al campo base es muy sencilla pero a la vez muy atractiva ya que mientras íbamos ganando altura empezaban a aparecer unas vistas hermosas (por ejemplo el Cerro Tolosa en toda su dimensión). Luego de 2 horas y media llegamos a los 3300 msnm. Entrados en la quebrada de Navarro armamos nuestro campo base, a orillas del Arroyo del Navarro que nos prevería de agua durante la expedición.
Después de comer y como ya es costumbre cuando vamos con gente a un cerro que no visitamos anteriormente, fuimos con Gabi a caminar un rato valle arriba para analizar el terreno y ver la mejor vía de ataque a la cumbre, para agilizar el ascenso. En uno de los puntos que utilizamos como mirador pudimos ver muy cerca nuestro un par de guanacos que muy curiosos parecían seguirnos. Al mismo tiempo nos observaba desde lo alto la Pared Sur del Aconcagua que acompaña todo el ascenso como un testigo silencioso. Después de subir hasta casi los 3800 msnm. Decidimos que ya teníamos en claro por donde iríamos a la cumbre la mañana siguiente. Bajamos al campo base, compartimos unos buenos mates y después de descansar un rato disfrutamos de unos exquisitos fideos con salsa rosa. La noche estaba estrellada, pero por detrás de los cerros se podía comenzar a ver la claridad que nos avisaba que la luna llena estaba por asomar.
La mañana del sábado estaba pristina y fresca, el grupo estaba muy motivado, y previo desayuno comenzamos a caminar a las 8:30 hs, (algo más tarde de lo que pretendíamos). El ascenso es largo y por momentos molesto, porque subís por unos interminables acarreos en donde muchas veces avanzás un paso y retrocedés 2 porque está todo muy suelto. El grupo estaba muy bien y con un ritmo que nos sorprendió fuimos ganando altura. Minutos después comenzamos a ver en su máximo esplendor el Cerro Aconcagua, Tolosa y un poco más tarde el Cerro Cuerno.
Cerca de las 15:45 hs y con mucho viento y frío llegamos a la tan preciada cumbre. Pura alegría y abrazos, para algunos la primera cumbre para otros con más experiencia otra cumbre que siempre deja ver el lado más lindo de la montaña, la amistad y el compañerismo. Después de muchas fotos y de comer algo bajamos.
A las 18:45 hs. estábamos en el campo base, desarmando para bajar hasta los autos y dormir en la Casa del Rey y de esa manera adelantar la vuelta el domingo por la mañana (no porque quisiéramos volver sino porque no quedaba otra más que hacerlo). El descenso hasta los autos fue rápido y por más que algunos ya estaban muy cansado pudimos instalarnos, comer unos ricos capelletinis y dormir placenteramente.
Una vez más Mendoza nos das la bienvenida, nos deja hacer y nos despide con una sonrisa.
GUSTAVO RODRIGUEZ
Atleta Garmont
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