CONFESIONES DE ALTURA
En el lejano e inhóspito Tibet, en una precaria carpa a 7000 msnm, mis dedos temblorosos y ateridos de frío se prestaban a garabatear estas palabras, en un intento de hacerme compañía y aliviar momentáneamente mi soledad. En ellas se mezclaban emociones y alucinaciones, sensaciones y pensamientos que se arremolinaban en mi cabeza sin poder hallar un orden preciso y coherente. Sin embargo descubrí que en esa danza alocada de emociones había una que no lograba sucumbir frente a las adversidades, era la PASIÓN. Ese sentimiento de admiración, deseo, interés y entusiasmo intenso por algo. Allí una vez más acudí a la cita y me re-encontré con ella…al natural, sin máscaras.
Pensé que cada vez me gusta más la montaña, pero cada vez menos el montañismo. Me esfuerzo en encontrar la manera de estar el menor tiempo en las alturas, expuesto a los elementos y sometido a la pesada carga de la mochila, que hunde sus garras en mis hombros. No quiero entumecerme y tragar comida con esfuerzo. Ni obligarme a beber el espantoso té que me produce náuseas, de solo sentir su aroma, todo en el afán de aclimatar y tratar de adaptar mi cuerpo a las alturas extremas, uno de los pocos ambientes para los cuales el cuerpo humano está muy en desventaja a la hora de sobrevivir.
El frio ha golpeado fuerte hoy, tendrá su recompensa? Ahora mi mente duda más de la cuenta, eso no es bueno. Una mezcla de sensaciones se ha entrecruzado en este viaje. Inseguridades para aquel hombre que caminaba confiado y que veía en cada paso una oportunidad de crecer. Que ha cambiado esta vez? Trato de descifrar señales pero es inútil, demasiadas sensaciones nuevas en lugares nunca antes vistos. Me confieso disminuido en mi capacidad de procesar toda estas experiencias en tierras lejanas, que hoy siento que me rodean y me asfixian.
Es ahora cuando trato de aplicar la filosofía barata de los libros de autoayuda. Pero no funcionan en lo más mínimo, me río en soledad. Una cosa son negocios, relaciones, gente tóxica y otra muy distinta cuando se trata de la vida y de perder dedos. Veo tambalear esa Fe que antes me acompañaba. Me he puesto en manos más grandes, es ahora cuando debo preguntarme si seguir o retroceder, hasta qué punto se debe luchar y cuando debe darse el brazo a torcer. Cuándo es obstinación y cuando perseverancia?.
Si fallo, creo saber dónde está el error, escalar es una cadena de decisiones, cualquier pequeño detalle hace que se tambalee toda la estructura. Y si me perdonas? Si fallé fue por ella, fue por el amor que me lleva a los más fríos confines. Pero qué quiero demostrar? Más que demostrar quiero mostrar la pasión y el amor por las montañas. Quiero enseñar, con el ejemplo, a creer en imposibles, quiero que me vean correr tras un sueño, hasta que sangren las piernas y los ojos se nublen. Pero ahora mismo no, me quiero tomar vacaciones. Quiero estar una vez más con ella a solas, quiero otra cita en las alturas. Todo mi cuerpo esta de revés. Debo primero luchar con él y luego pensar en ella. Como si el clima, el hielo colgando varios metros encima de mí y los fuertes vientos no fueran suficientes.
Cómo saber cuándo debo darme la vuelta? Esta noche además de bregar por un buen clima, ruego para que se iluminen mis decisiones. Y si todo sale bien, volver a las luces de los escenarios de fantasía de la ciudad. Pero ahora mismo las veo muy distantes, casi como espejismos, tan irreales que me cuesta creer que alguna vez existieron. Ahora estoy atrapado entre luces amarillas, donde el frío apenas deja escribir. Lo hago para torcer mi destino, para motivarme y atestiguar lo que siento. Al calor de tierras lejanas espero poder comprender. Ahora mis pensamientos y sensaciones no son claras en absoluto.
Pero un guerrero sigue su destino y pelea aunque su cuerpo quede atrás. Siempre me pregunto quién soy y hoy creo tener la respuesta: “nadie sin ella”. Así que hacia allí vamos, desnudos, sin trucos, seguro de que podremos hacer arte si me dejas, y mostraré las bellezas de tus laderas y cumbres, y contaré a los cuatro vientos los secretos que se albergan en ti. Pero sé que eres caprichosa y no te puedo cambiar… solo susurrarte.
Un tiempo atrás en otras tierras, puse mi vida en tus brazos, me lancé hacia a ti con amor y con respeto y sinceridad, con el alma llena de pasión. Y en vez de un beso mortal, me diste un soplo de vida inmenso. Renovaste mis sentidos y fortaleciste mis piernas para recorrer el mundo, me abriste un mundo de nuevas sensaciones, pero a la vez sembraste en mí una semilla que solo crece con los desafíos, buscando el sol. Ahora debo renovar los votos. Entregarme en cuerpo y alma, y tú con tu magia me transformarás una vez más, o me liberarás de esta forma. Sea lo que sea que pase déjame sonreír y verte a los ojos. Mis acciones serán sin resistencia, pero con fe, hasta el último suspiro, pues quiero VIVIR, soy humano después de todo y amo la vida.
Y a ti madre, hermana, las amo con todo mi ser. Les pido que no dejen de pensar en mí con alegría, pues tienen un hijo – hermano, que sigue sus propios sueños, que vive coherentemente con su manera de pensar. Un hombre que crece día a día, lucha y que no deja de reír. Y sepan que si no hago esto que me apasiona seré una sombra entre sombras que deambulan por la ciudad, gente que ha resignado sueños por televisores y otros mundos virtuales, y ya no soporto tanta virtualidad. Me criaron con amor incondicional, sufren al verme partir, y velan por cada paso dado en tierras lejanas. Y siempre están y estarán conmigo, por más que los kilómetros sean incontables.
Si cometo errores es por amor y punto, no hay nada más. No lo puedo controlar, soy un adicto a la libertad de tus alturas y todo lo demás queda atrás. Soy un ser humano malamente civilizado, tengo todos los errores y los acepto, ellos hacen de mí un ser único. Mi cura está aquí, o mejor dicho mi calma, mi paz.
Ahora solo queda quitarme el disfraz una vez más…”
Deja una respuesta
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.